El control de Crecimiento y Desarrollo es un conjunto de actividades periódicas y sistemáticas orientadas a evaluar el Crecimiento y desarrollo del niño, con el fin de detectar oportunamente cambios y riesgos en su estado actual de nutrición, salud y desarrollo que incluye: El crecimiento y desarrollo son procesos continuos y ordenados que siguen una secuencia predeterminada por factores biológicos, genéticos y ambientales. El crecimiento y desarrollo de órganos y sistemas tiene una velocidad diferente. El sistema nervioso central crece y desarrolla aceleradamente durante los dos primeros años de vida. La velocidad de crecimiento y desarrollo es diferente en las distintas etapas de la vida, son individuales.
El neurodesarrollo se da a través de un proceso dinámico de interacción entre el niño y el medio que lo rodea; como resultado, se obtiene la maduración del sistema nervioso con el consiguiente desarrollo de las funciones cerebrales y, a la vez, la formación de la personalidad. En la actualidad el neurodesarrollo tiene una estrecha relación no solo con la genética sino también con el ambiente de estimulación y afectividad que rodea al niño, los cuales influyen decisivamente en la mayor producción de sinapsis neuronales lo cual implica a su vez en la mayor integración de las funciones cerebrales.
A nivel internacional se presenta las evidencia y fundamentos científicos relevantes y reciente el cual se documenta dando la importancia de invertir en los niños desde sus mil primeros días de vida. Esta inversión, cuando está orientada hacia los más vulnerables, tiene retornos económicos altos y evita que se profundicen las brechas en la atención de calidad comparados en las personas pudientes y no pudientes.
Así, como las Evidencias científicas en el 2016, la serie” The Lancet”, el cual nos evidenció y fundamento que la importancia de las intervenciones tempranas, mostrando los efectos de la inacción en esta etapa. Afirma que en el mundo 250 mil niños menores de 5 años, (43%) no alcanzan su máximo potencial. Puso énfasis en la necesidad de brindar apoyo y acompañamiento a las familias para ofrecer una crianza cariñosa y sensible a las necesidades de los niños. Las intervenciones exitosas deben incluir, además, estrategias de cambio de comportamiento centradas en el cuidado y las interacciones del entorno más cercano a niños, pues es el periodo más sensible a las experiencias positivas o negativas, cuyo impacto se prolonga a lo largo de la vida. Menciona que se debe asegurar un marco de políticas públicas, construir desde lo existente y con un enfoque integral.